Desde tiempos antiguos la nieve y el hielo natural han tenido diferentes aplicaciones, como las relacionadas con el transporte del pescado y la conservación de alimentos, las de tipo terapéutico (rebajar la fiebre y las inflamaciones) y las gastronómicas (refrescar agua, el vino y otras bebidas, y para la elaboración de helados y sorbetes). Las montañas fueron la "nevera" de las poblaciones hasta que el desarrollo y la generalización de la industria frigorífica actual compitió con esta actividad tradicional y la hizo desaparecer hacia los años del siglo XX.
En el Carrascal de la Fuente Roja las actividades relacionadas con el comercio del frío, principalmente la recogida, la conservación y el transporte de la nieve, constituyeron una compleja red organizativa de la cual se documentan diversas noticias de los siglos XVII al XIX; la más antigua de las cuales, del año 1601, nos informa del transporte de cargas de nieve desde un pozo que había al Canals de la ciudad de Orihuela.
Las labores de la recolección de la nieve no requerían ninguna especialización y proporcionaban un trabajo de carácter ocasional a un considerable grupo de jornaleros, que recogían con sacos la nieve de los alrededores des depósito. La nieve se introducía en el interior por las puertas y ventanas del pozo, donde otro grupo de hombres, iban pisando la nieve al ritmo de unas canciones. Cuando una capa de nieve tenía un grosor determinado se separaba de la siguiente capa por medio de una capa de paja o de arroz. Al final se cerraban las puertas y ventanas del pozo.